De todos es conocido que la sustitución del barbecho con leguminosas aporta innumerables beneficios al aumentar el nitrógeno fijado en el suelo, la disponibilidad de forraje para el ganado y la materia orgánica que retorna al terreno. En esta reseña se describe una experiencias práctica que ratifica rotundamente este beneficio.
Se trata de una finca en Marchena (Sevilla) en la que se practica como rotación habitual desde hace unos años: trigo-habas-trigo-girasol. En la campaña 2012-2013, una besana de dicha finca de 49,88 se sembró la mitad de girasol (24,51 has) y la otra mitad de habas (25,37 has). No se empleó una variedad concreta sino el denominado “haboncillo de jerez” que define a una mezcla de semillas de habas de grano pequeño (tipo minor o equina-minor).
La besana es completamente homogénea respecto al tipo de suelo y en ella se aplicaron las mismas labores, abonado (de fondo y nitrogenado), tratamientos fitosanitarios, etc.. La habas no se regaron y el girasol se hizo por goteo y la producción media final fue de 1528 Kg/ha y 2227 Kg/ha, respectivamente. En esta campaña (2013-2014) toda la besana se destinó al cultivo de trigo duro. Para la preparación del terreno no se quemó la caña sino que se picó y se le dio dos pases de grada aplicándose un abonado de fondo a todo el terreno. La variedad de trigo empleada fue Euroduro (densidad de siembra 244 Kg/Ha). La cosecha media total de trigo duro fue de 4.124 Kg/ha, pero la recogida de cada parcela se hizo por separado. Así, la parte que estuvo sembrada de girasol en la campaña anterior produjo 3.792 kg/ha mientras que la que estuvo sembrada de habas 4.444 kg/ha, es decir, hubo una diferencia en producción de 652 Kg/ha.
A estos beneficios en el rendimiento cabe añadir, que la rotación con leguminosas aporta una mayor protección del suelo frente a la erosión y la independencia del uso de fertilizantes para mantener las producciones esperadas. Además desde el punto de vista sanitario disminuye la incidencia de plagas y enfermedades y el consiguiente empleo de pesticidas para su control. Por ello la rotación con leguminosas es una herramienta fundamental para cualquier planteamiento de agricultura de conservación, sostenible o ecológica.
La calidad del trigo obtenida en esta finca ha sido excelente (grupo 1; contenido de grano vítreo del 98% y 14,4 de proteína) por lo que otro tema importante a estudiar es si existe influencia del cultivo precedente en la calidad del trigo de la siguiente cosecha. Los agricultores que han compartido esta experiencia plantean rotar las parcelas este año, sembrando habas donde hubo girasol y viceversa para ratificar estos resultados en la siguiente campaña.
Investigadores del IFAPA centro Alameda del Obispo de Córdoba colaboran habitualmente con agricultores, cooperativas, empresas de semillas y transformadoras con el fin de complementar sus esfuerzos e intereses y potenciar el cultivo y comercialización de las leguminosas en nuestro país. Recientemente, la colaboración con agricultores de la zona, está facilitando un abundante intercambio de ideas, puntos de vista y experiencias positivas que quieren compartir a través de este blog