La FAO les concede una importancia capital para acabar con la pobreza y proteger el planeta, pero además son altamente saludables. Es preciso impulsar acciones hacia un objetivo: comer 2 o 3 raciones a la semana de este superalimento
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Con objeto de mantener vivo este impulso positivo, desde el año 2019 se celebra cada 10 de febrero el Día Mundial de las Legumbres (World Pulses Day), declarado por las Naciones Unidas (resolución A/RES/73/251). El objetivo de esta conmemoración es sensibilizar al consumidor sobre la importancia de las legumbres en la producción sostenible de alimentos, contribuyendo a la mejora de la seguridad alimentaria, la salud humana y la nutrición; asimismo, recalcar el papel de las leguminosas en el desarrollo de una agricultura sostenible compatible con la conservación de nuestro medioambiente.
Las legumbres son las mejores píldoras de salud y están en el plato
Las leguminosas constituyen una de las familias botánicas más importantes desde el punto de vista socioeconómico, jugando un papel fundamental en una agricultura sostenible. Su cultivo tiene una escasa necesidad de agua y una baja huella de carbono, siendo capaces de fijar el nitrógeno atmosférico en simbiosis con bacterias (rizobios).
La fijación de nitrógeno favorece la productividad de los cultivos; así, cantidades significativas de nitrógeno (en el rango 50-670 kg N/ha/año dependiendo de la eficiencia del par planta-bacteria) permanecen en el suelo favoreciendo la rotación de cultivos, fundamentalmente cereales. La fijación de nitrógeno reduce las cantidades de abonos nitrogenados necesarios para el cultivo, disminuyendo el coste económico e impacto medioambiental causado por el uso excesivo de fertilizantes.
Por otro lado, se ha demostrado que las plantas que fijan nitrógeno simbióticamente son capaces de asimilar mayores cantidades de CO₂, ejerciendo este hecho un efecto positivo frente al cambio climático. Otros efectos beneficiosos de las leguminosas en nuestra agricultura son la mejora en la estructura del suelo, su capacidad de romper ciclos de enfermedades y plagas, y favorecer la biodiversidad de nuestros ecosistemas. Así, muchas aves esteparias utilizan de manera continua y selectiva los cultivos de leguminosas, especialmente alfalfas de secano, como fuente de proteínas.
Tres días a la semana
Las legumbres son definidas como semillas comestibles, secas, limpias, sanas y separadas de las vainas, utilizadas en la nutrición humana y animal. Las legumbres constituyen un componente importante de la dieta mediterránea y juegan un papel esencial en la alimentación de numerosos países en desarrollo.
Agencias internacionales recomiendan el consumo de legumbres como alternativa a la carne para reducir la ingesta de grasa saturada
Las legumbres más consumidas en España son los garbanzos, las lentejas y las judías. Desde el punto de vista nutricional destacan por su elevado contenido y calidad proteica, con una composición equilibrada de aminoácidos esenciales en combinación con cereales. Presentan un bajo contenido en grasas –fundamentalmente mono y poliinsaturadas-. Por ello, distintas agencias internacionales recomiendan como hábito saludable el consumo regular de legumbres como alternativa a la carne con objeto de disminuir la ingesta de grasa saturada.
Además, tienen elevados niveles de fibra dietética, favoreciendo su ingesta una reducción de los niveles de colesterol, facilitan el control del nivel de glucosa en sangre, proporcionan sensación de saciedad y mejoran la motilidad intestinal.
Distintas administraciones y agencias de ámbito nacional e internacional recomiendan un consumo en torno a 2-3 raciones/semana. Si bien España es uno de los países europeos cuyos ciudadanos comen más legumbres, este valor no supera las 1,5 raciones/semana. En los últimos años, la Asociación Española de Leguminosas (AEL), junto con otras organizaciones, ha participado en numerosas campañas de promoción de consumo de legumbres con objeto de sensibilizar y concienciar a la población sobre los beneficios nutricionales de estas y sus efectos beneficiosos en la salud humana.
Legumbres de calidad diferenciada
Los datos actualizados de producción y consumo indican que entre el 40% y 60 % de las legumbres consumidas en España son importadas de otros países. Esto puede ser debido a numerosas causas: descenso pronunciado de las superficies de cultivo de leguminosas en nuestro país, lo cual dificulta cubrir la demanda existente; falta de apoyo a la investigación pública, carencia de garantías sobre la rentabilidad del cultivo, necesidad de mejora en la estructura y organización del sector, así como la carencia de políticas públicas transversales que ayuden a paliar esta situación.
Siguiendo el planteamiento inicial de desarrollo sostenible, es importante concienciar al consumidor sobre la importancia del consumo de legumbres españolas, no solo por su calidad nutricional y organoléptica contrastada, sino por el beneficio medioambiental y socioeconómico que produce en nuestro entorno rural próximo.
Eso se hace más evidente en las denominadas legumbres de calidad diferenciada, las cuales deben ser cultivadas en un marco geográfico concreto, con características geoclimáticas particulares asociadas a la zona de cultivo, manteniendo un vínculo histórico en el área de producción basado en la tradición de su cultivo, producción, consumo y comercialización.
Bajo el distintivo europeo de denominaciones de origen protegidas (DOP) e indicaciones geográficas protegidas (IGP), contamos en España con diez legumbres de calidad reconocida destinadas al consumo humano, que incluyen alubias o judías, garbanzos y lentejas.
Las alubias de calidad incluyen: la DOP Mongeta del Ganxet Vallés-Maresme (Barcelona), la DOP Fesols de Santa Pau (Girona), la IGP Alubias de La Bañeza-León (León), la IGP Faba Asturiana (Asturias), la IGP Faba de Lourenzá (Lugo) y la IGP Judías del Barco de Ávila (Ávila).
Las lentejas de calidad diferenciada son: la IGP Lenteja Tierra de Campos (León, Palencia, Valladolid y Zamora), así como la IGP Lenteja de la Armuña (Salamanca).
En el caso de los garbanzos, la IGP Garbanzo de Fuentesaúco (Zamora) y la IGP Garbanzo de Escacena (Huelva y Sevilla).
Existen argumentos sólidos para promover el aumento del consumo de legumbres como una estrategia de salud global: de las personas, del medioambiente y de la economía.
Alfonso Clemente es el presidente de la Asociación Española de Leguminosas, científico titular de la Estación Experimental del Zaidín del CSIC y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos.